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Configuración de la FPIA.3 Innovación

La Formación Profesional en Guipúzcoa durante el franquismo: Centros y agentes promotores

En la actualidad la formación profesional en el País Vasco registra uno de los mejores índices de calidad.

Año:2013

Autor/es

  • Dávila Balsera, Paulí
  • Murua Cartón, Hilario
  • Naya Garmendia; Luis María

Filiación: Universidad del País Vasco (Euskal Herriko Unibersitatea)

Comunidad Autónoma / Región:País Vasco

Revista:Historia de la Educación. Revista Interuniversitaria , Vol/nº: 32 , Páginas: 265-288

Palabras clave: formación profesional,País Vasco,Guipúzcoa,centros educativos,agentes promotores en la enseñanza

Resumen

En la actualidad la formación profesional en el País Vasco registra uno de los mejores índices de calidad. El tejido empresarial de la provincia ha hecho posible este fenómeno, que comienza en el siglo XIX. En la década de los años setenta del siglo XX, Guipúzcoa alcanzaba la cota más alta de matriculación del alumnado en formación profesional, con una amplia red de centros educativos. En este artículo queremos mostrar el surgimiento de este tipo de centros durante el franquismo, resaltando la importancia de sus agentes promotores: empresas, patronatos o congregaciones religiosas. Se trata de señalar que, más allá del marco legislativo, las demandas sociales y locales actuaron como un elemento dinamizador de la formación profesional.

Objetivos / Hipótesis

Mostrar el surgimiento de los centros de FP durante el franquismo, resaltando la importancia de sus agentes promotores: empresas, patronatos o congregaciones religiosas.

Tipo de Investigación y Metodología

Investigación Descriptiva - Socio-Histórica // Cualitativa.

Detalle: Metodología cualitativa, estudio sociohistórico de la construcción del sistema de FP en Guipúzcoa.

Participantes / Muestra

Fuentes documentales.

Instrumentos

Revisión documental.

Resultados / Conclusiones

El proceso de industrialización y modernización de Guipúzcoa, que se extendió por toda la provincia desde comienzos del siglo XX, detectó una carencia importante: la falta de cualificación profesional de gran parte de la población guipuzcoana. Esta situación tiene un efecto inmediato en diversos sectores de la sociedad: las instituciones políticas, con los ayuntamientos como principales colaboradores para el desarrollo de la nueva política emprendida en relación con la Formación Profesional; las empresas privadas que ven la necesidad de incorporar a sus fábricas trabajadores con una determinada cualificación, lo que les invita a crear sus propias escuelas de aprendizaje; los institutos religiosos (lasalianos, alesianos, maristas y jesuitas), de gran arraigo en la provincia, que ven en esta formación profesional la posibilidad de captación de clientela para sus centros y la Organización Sindical como centro de control ideológico de este modelo de enseñanza.

Se trata de un conjunto de agentes sociales que promueven una tupida red de Centros de Formación Profesional en las más diversas ramas de la industria, el comercio, la administración y la formación profesional de las mujeres. Diversos factores se van a concentrar en nuestra etapa de estudio para dar un significado al importante desarrollo que experimenta este modelo educativo. Por un lado, Gipuzkoa es el territorio más pequeño del Estado español en cuanto a extensión, lo que hace que las distancias entre sus localidades no sean excesivamente grandes y que en sus diferentes zonas se creasen las denominadas cabeceras de comarca, notables núcleos urbanos en los que la industria estaba echando sus raíces y que, al desarrollo industrial, se unió el demográfico. En este período, este desarrollo tuvo como consecuencia la necesidad de crear centros de formación de todos los niveles. La correspondencia, en determinadas poblaciones, entre el proceso industrializador y demográfico y la oferta de formación profesional es evidente; pero, además, esto ocurre sin que surgieran conflictos muy graves entre los diferentes agentes promotores que confluyeron. La demanda existente era tan alta que la competencia entre los centros era casi inexistente.

En este contexto, se produce una evolución, con el paso del tiempo, en lo que respecta a los agentes promotores de la Formación Profesional. A comienzos de la década de los cuarenta, tanto las instituciones políticas, ayuntamientos y diputaciones son, junto a la empresa privada, la Organización Sindical y la Iglesia, quienes controlen la FP; tras la Ley de 1955, gran parte de los centros pasan a depender del Estado, despareciendo la figura de los Patronatos que hasta entonces había venido siendo habitual.

Por otra parte, se observa que la creación de muchos de estos centros viene originada por las necesidades industriales y de servicios de las diversas comarcas, con ejemplos como las textiles de Bergara, las cerámicas de Irún o las peluquerías en zonas turísticas de Zarautz. Este último caso es demostrativo de la apertura que se produce, a partir de los años setenta, a la formación profesional de las mujeres. Todo ello es una muestra de la adecuación entre las necesidades locales y económicas y los diferentes tipos de centro que surgieron.

Otros documentos relacionados

En colaboración con:

  • Fundación Bertelsmann
  • Universidad de Murcia
  • Universitat de Barcelona

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